Las instantáneas son esas fotos en que, por caprichos del azar, de las leyes de la física y, por qué no, también del acierto y el sentido de la oportunidad del fotógrafo, aparece plasmado un retazo de vida que ha quedado en suspenso, como si esperase en cualquier momento su continuación. Hay instantáneas divertidas, tristes, amenazadoras, grotescas, seductoras, provocadoras…
Visto
Seamos creyentes, agnósticos, ateos o, simplemente, indiferentes, es evidente que nuestra vida social está saturada de actividades y acontecimientos que tienen su origen en la religión. Y también nuestro idioma (“sabe Dios…”, “¡ojalá!”, “¡por Dios!”, “no quiera Dios”, “señor, señor… ¡qué cruz!”, “¡la madre de Dios, qué bestia es este tío!” “¡anda, la hostia!”…). A título personal, yo, que me muevo constantemente entre el agnosticismo, el ateísmo y la indiferencia, según me pilla el cuerpo y el estado de ánimo, no doy demasiada importancia a esa impronta religiosa en mi entorno vital: está ahí, y nada más. El repaso de la prensa de hoy me ha llevado a hacer tres consideraciones que someto a vuestra perspicaz lectura.
Leo con una mezcla de aburrimiento y desconfianza la decisión del candidato socialista a presidir la Comunidad de Madrid, el gris y aburrido Tomás Gómez (impresión personal e intransferible, por supuesto), de comenzar a elaborar la lista de candidatos del PSOE para las elecciones de mayo. Como él, lo mismo estarán haciendo sus contrincantes de los demás partidos, léase PP e IU, que son los únicos que cuentan.
Voy a aclarar estos dos conceptos, pues, aun siendo evidentes, quiero permitirme la pequeña e inocente frivolidad de explicarlos:
imaginado = surgido de la imaginación imaginario = que sólo existe en la imaginación Leía ayer dos noticias que me empujaron a hacer reflexiones atípicamente positivas en estos difíciles tiempos que nos han tocado en suerte. Copio estas noticias (casi) literalmente y las comento siguiendo el hilo de los pensamientos que provocaron en mí.
Voy con la primera, que era del siguiente tenor: “La Junta de Andalucía rinde homenaje a Saramago en Sevilla” Acabo, muy a mi pesar, de ver y escuchar a Aznar en su última intervención rodeado y arropado por la cúpula de “su” partido (es el amo del PP). Afirma este “***” (*** = que cada uno ponga el adjetivo que mejor le cuadre) que España está “intervenida de hecho” y se discute cuándo lo estará “de derecho”. Consideraciones al respecto:
Aznar no tiene empacho en seguir cobrando como ex presidente (y no se le cae la cara de vergüenza; o sea, una de dos: o no tiene cara o no tiene vergüenza). Ahora bien, si un ex presidente quiere seguir manteniendo la dignidad del cargo (que no la suya, que eso ya sabemos que es difícil), debe adoptar una correcta posición de alejamiento de las suciedades de la arena política. Aznar es incapaz de lo anterior: cobra del Estado (o sea, de los españoles) como ex presidente; pierde la independencia cobrando sueldos millonarios de empresas privadas; y encima se encharca en la porquería política. Vivo estos días sumido en un profundo sentimiento de zozobra con las, primero, alarmantes y, ahora, trágicas noticias que llegan de Australia, que vive las más espeluznantes inundaciones de su historia reciente, sólo comparables a las que se produjeron en el año 1917. No quiero entrar en el juego de los negacionistas, que aprovecharían la ocurrencia de aquellas inundaciones para minimizar la importancia del calentamiento global. Por otra parte, aunque los datos de que disponemos respecto a lo que aconteció en 1917 carecen de la objetividad y exactitud a las que estamos acostumbrados en estos tiempos de enormes avances tecnológicos, sí que es cierto que, a principios del siglo XX, las ciudades y pueblos de esta zona de Queensland eran mucho más pequeños, la densidad de población, mucho menor y, en consecuencia, los daños sufridos, debieron de ser también muy inferiores a los que se han producido y, al parecer, se pueden seguir produciendo en los próximos días.
El señor obispo de San Sebastián, señor Munilla, en unas declaraciones hechas el pasado domingo con motivo de la celebración de su primer aniversario al frente del clero de Guipúzcoa, defendió “las virtudes de la humildad, paciencia, respeto y castidad”, pues en su opinión son “indispensables para que no se animalice la relación del hombre con la mujer”.
Vayamos por partes, que la cosa tiene más miga que un pan candeal de dos kilos. Las debilidades de la condición humana se manifiestan de muchos modos. En algunos casos, esas debilidades, convertidas en acciones por personas que gozan de poder y privilegios, pueden tener consecuencias nefastas para otras personas; en otros, son simplemente causa de mofa y befa de quien las exhibe de forma pública; en la mayoría de los casos, pasan totalmente desapercibidas por ser de menor entidad la persona que las sufre y manifiesta.
Quiero hoy comentar algunos ejemplos, cada uno de los cuales cae dentro de las tres categorías que he expuesto: |
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