Esto de hoy es una "expansión" poética, una huida de la fea realidad, que quiero compartir humildemente con vosotros. Este pequeño poema me lo inspiró el árbol que veis más abajo, en medio de un páramo estremecedor, a medio camino entre Son del Puerto (zona minera de Teruel) y Mezquita de Jarque (primer pueblo del Maestrazgo turolense). Podría ser un árbol o un hombre que va por libre en este mundo que, mal que nos pese, nos ha tocado vivir.
No me gustan las exposiciones públicas de las creencias personales. Prefiero opinar sobre hechos, sobre acontecimientos. Y en ese opinar, qué duda cabe, podrá quedar de manifiesto cuál es mi credo. Pero desnudar mi alma, mi conciencia, sin que venga a cuento, en un texto que pueden leer por igual amigos y desconocidos, me parece un acto de impúdico exhibicionismo. Salvo que se produzca en el contexto de una conversación íntima con gente muy próxima, hacer alarde de las creencias religiosas personales es de tan mal gusto como hacerlo de la propia orientación sexual. Quien crea en dios, que le rece; quien no crea en él, que lo ignore; quien sea heterosexual, que practique el sexo en buena hora y siempre que tenga ocasión; y quien sea homosexual, que pueda vivir su sexualidad con la misma libertad y satisfacción que el heterosexual. Pero nadie debería hacer exhibición innecesaria de ninguna de las cosas que anteceden. Porque no hay razón para alardear de ellas, del mismo modo que no la hay para esconderlas o hacer renuncia de las mismas.
He asistido a la manifestación (no hace falta que aclare cuál, me imagino).
La asistencia, magnífica, sobre todo si se tienen en cuenta las fechas. No sabría dar cifras. Eso lo dejo para periodistas y politicastros. Yo he palpado el cabreo popular. La gente está saturada, harta..., ¡hasta los huevos! Y que me perdonen la féminas si les pido que se incluyan dentro del concepto aunque carezcan de los órganos susodichos; de hecho conozco muchas mujeres que tienen más huevos que la mayoría de los hombres, dicho sea en el tono más admirativo posible. Mi indignación, mi ira vehemente, la ha provocado la actuación de la Delegada del Gobierno, que entiendo que es quien establece, dirige y coordina la actuación policial cuando hay una manifestación, sobre todo si se presume que va a ser multitudinaria, como ha sido la de esta tarde y más si se teme que haya enfrentamientos con grupos opuestos. |
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April 2022
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