Viene esto a cuento de la noticia que aparecía estos días en los medios acerca del sueldo de un señor de Bilbao que preside Caixabank, el mayor holding bancario español tras la fusión con Bankia, entidad, no lo olvidemos, rescatada con 24.000 millones de dinero público, de los que 15.000 millones pueden darse por perdidos. Pues bien, ese señor de apellido difícil de pronunciar a la primera y aún más difícil de recordar sin apoyarse en una chuleta, tuvo la desfachatez de proponer en la última junta de accionistas triplicarse el sueldo. No propuso subirse el IPC –como se hace con las pensiones cuando hay suerte– ni un 5 por ciento, ni siquiera de doblar su salario. No. Quería triplicárselo. No entraré a discutir si esa propuesta va a tener éxito porque parece que el Gobierno, a través de una institución (el FROB) que tiene un 16% de las acciones de Caixabank, se opuso frontalmente a tan descabellada y obscena propuesta, pese a que el resto de miembros de la junta de accionistas estuvo de acuerdo en concedérselo. O sea, que a lo mejor el señor Goirigolzarri –que al parecer está enormemente enojado– se tendrá que conformar con seguir ganando casi un millón de euros al año entre emolumentos fijos y variables. Vamos a ver. Analicemos. Goirigolzarri no es el mayor desaprensivo del reino. Hay muchos otros de idéntica e incluso peor calaña. Si me he servido de su caso es porque me ha permitido poner rostro a la desvergüenza. Caixabank se ha beneficiado de dinero público, hace dos años ejecutó un ERE que afectó a 2.023 trabajadores, a finales del primer trimestre de 2021 tenía unos beneficios acumulados de 514 millones de euros y, pese a ello, en la junta de accionistas se anunció la intención de ejecutar un nuevo ERE que puede poner en la calle a cerca de 8.000 empleados. Pongo puntos suspensivos para que quienes lean estas líneas tengan tiempo para desahogarse. Y lo hago con una recomendación personal. Que a nadie se le ocurra seguir el ejemplo de Goirigolzarri e ir a su jefe a pedirle que el próximo año le triplique el sueldo. Puede que su jefe no tenga el necesario sentido del humor y reaccione de forma un tanto violenta. Semejante ocurrencia convertiría ipso facto a cualquier asalariado en un majadero, un indeseable o un terrorista. Si Goirigolzarri lo hace es porque puede, porque es un banquero solvente, como dios manda. Claro que, pensándolo bien, un dios que manda estas cosas me trae a la memoria aquella jota de ronda del grupo La Bullonera, que triunfaba allá por los años 70: Si esto es lo que manda Dios, que venga santa Lucía y cure a nuestro Señor de tan tremenda miopía Y como ha salido dios a colación, me viene a la mente otro asunto con él relacionado. Se trata de un reportaje realizado en Jerusalén y emitido hace un par de días por no recuerdo qué cadena televisiva, en el que se entrevistaba a pie de calle a una serie de personas, la mayoría jóvenes de entre 15 y 30 años de diversas profesiones y condición social, en relación con los recientes enfrentamientos de Israel y Palestina pero, sobre todo, acerca de los brutales bombardeos que han arrasado docenas de edificios de la Franja de Gaza y han acabado con la vida de más de dos centenares de personas, entre ellas numerosos niños. No es este el lugar –requeriría mucho más espacio y tiempo del que conviene a un post– para hacer un repaso pormenorizado del conflicto palestino-israelí, de cómo se creó el Estado de Israel –mejor dicho, de cómo el Reino Unido, a través de las Naciones Unidas, creó el Estado de Israel tras años de tolerado terrorismo llevado a cabo por los futuros “padres” de la nación judía (Ben Gurión, Golda Meir, Menahem Begin, Ariel Sharon, entre otros)–, de cómo se les fueron arrebatando tierras y propiedades a los palestinos para entregárselas a los nuevos colonos, de cómo Israel recibió el apoyo de EE UU y la UE, aceptando el dudoso honor de convertirse en el perro guardián de Occidente en Oriente Medio…, todo eso lo voy a obviar para centrarme en el contenido del reportaje en cuestión.
Las tres preguntas básicas que se hacía a los entrevistados podían resumirse así: ¿Qué opinión tiene de los palestinos (y de los árabes en general)? ¿Debería Israel buscar la paz y reconocer el Estado Palestino? ¿Quién es el principal culpable de la violencia actual? Tomé nota de algunas respuestas, pero todas ellas podrían resumirse así, más o menos. - La violencia es culpa de los palestinos. Son todos terroristas. - Los palestinos deberían salir todos de Israel y marcharse a su tierra, o sea, a países árabes (y mencionaban sobre todo Irak, Siria e Irán, que, por cierto, no es un país árabe) - Los judíos y los palestinos (los árabes en general) no pueden convivir en un mismo país. Siempre han sido y seguirán siendo enemigos. - Los trastatarabuelos de los palestinos les robaron sus casas a nuestros trastatarabuelos, y nosotros hemos venido a recuperar lo que siempre fue nuestro (esta respuesta la daba un chaval de no más de 15-16 años). - Esta tierra la creó dios para los judíos. Por lo tanto, es nuestra y a los palestinos hay que echarlos de nuestra tierra. Tras analizar estas dos noticias, solo se me ocurre que, contrariamente a lo que dicen las religiones, no fue dios quien creó al hombre a su imagen y semejanza. Fue el hombre quien creó a dios a su imagen y semejanza. Solo un dios con los atributos y defectos del ser humano puede alcanzar tal grado de vileza y cometer tanto errores y torpezas. |
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April 2022
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