Los miembros de la Asamblea Vecinal la Playa de Lavapiés quieren celebrar el próximo jueves 21 de abril la primera procesión de la semana santa, pero, en este caso, con un objetivo bien distinto al de las procesiones tradicionales: promover el ideario ateo. La aprobación o no de este acto queda en manos de la Delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid. Cualquiera que sea su decisión, será tremendamente polémica. Si permite el acto, irá contra la postura del Ayuntamiento de Madrid, que ya ha manifestado su rotundo rechazo al mismo. Si lo prohíbe, tendrá que hacerlo de forma muy razonada; de lo contrario estaría creando un grave agravio comparativo, pues los convocantes exigen el mismo derecho que los católicos a manifestar libremente su "ausencia de creencias religiosas”. Dicho lo cual, ya tenemos el follón servido. ![]() Leída la noticia, me gustaría analizarla desde una doble perspectiva: una humorística (cachonda, por usar un término más actual); otra seria. Comencemos por la perspectiva cachonda. Como provocación, me parece una idea genial. Si todos los españoles hemos de soportar año tras año, desde que tenemos uso de razón, la exhibición pública de los capirotes, las cadenas, las cruces, los penitentes y los tambores, ¿por qué no proponer como contrapunto una procesión de gente que salga a la calle a propagar su ateísmo afirmando rotundamente que no cree en dios? No son pocos los movimientos filosóficos, artísticos, sociales… que han nacido de una actitud de abierta provocación a la sociedad biempensante, y que han terminando triunfando o, en algunos casos, siendo aceptados si bien a regañadientes. ![]() ¿Quién “en su sano juicio” habría podido imaginar que en los primeros años de la década de 1920, cuando nacía el movimiento surrealista, las obras de Dalí o Picasso, por poner solo un par de ejemplos bien representativos, tendrían un valor incalculable y se mostrarían en los mejores museos del mundo. ![]() ¿Quién habría podido imaginar en la España profunda de mi infancia que 50 años más tarde dos homosexuales podrían no solo ser respetados por la sociedad sino incluso contraer matrimonio? ![]() ¿Qué clase de imaginación calenturienta habría sido precisa para imaginar, digamos en los años 50 o 60 del siglo pasado, que un negro podría llegar a ser presidente de Estados Unidos? Las situaciones "imposibles" que se acaban convirtiendo en realidad parten siempre de una idea provocadora e inusual, de un planteamiento arriesgado y revolucionario… ![]() Sé que para muchos españoles –incluso algunos que no se consideran especialmente creyentes–, no sería comparable una procesión religiosa y una procesión (o una mera asamblea) de ateos. Desde luego, la segunda carecería del colorido y del dudoso “tipismo” que a la primera le dan las velas, las saetas, el ruido de las cadenas arrastradas por el asfalto, las carnes macilentas de los cristos, las lágrimas que resbalan por los rostros de las vírgenes, los capuchones tras cuyos agujeros se adivinan unos ojos doloridos y sufrientes (aunque sepamos que ese sufrimiento es pura tramoya). ![]() No niego la belleza –de la que carecería la asamblea de ateos– de algunas muestras de la imaginería española, aun cuando sea mayoritaria y voluntariamente truculenta para arrancar la compasión de los pechos, y aun cuando también es cierto que, cuando la fabricación de dicha imaginería es de fechas recientes y no del siglo XVI o del XVII, pasa de lo bellamente truculento a lo hortera y lo casposo. Entiendo incluso que se defienda la idea de que el mantenimiento de estas muestras de una tradición basada en la exhibición teatral del dolor colectivo pueda tener su justificación en la aportación que, a través del turismo, tienen en las arcas públicas. Estoy convencido de que, junto a ciertos casos (muy pocos) de genuino sentimiento religioso, bulle un enorme grado de hipocresía, folclorismo, costumbrismo y estulticia social. Si no hubiera nada más que ruido, colorido y atracción de feria, diría: “Adelante con los faroles. Vengan abundantes turistas y dejen aquí su pasta, que buena falta nos hace”. ![]() No me preocuparía lo más mínimo, si no fuera porque detrás de todo ello está la iglesia católica. Y la iglesia católica no se anda con bromas ni subterfugios. Se lo toma todo muy en serio. Y me asusta. Para ser exactos: me acojona. Porque luego, esa iglesia católica aprovecha esos fastos, esas multitudes, esas avalanchas de “fervor” para justificar que España es el país más católico del mundo (lo que es falso) y así poder exigir una mayor contribución económica del Estado a su favor, y así poder salir a la calle a reclamar la abolición de leyes aprobadas mayoritariamente por el parlamento, y así exigir más colegios concertados de enseñanza religiosa con dinero público, y así amenazar, conspirar contra el gobierno a través de su ponzoñosa emisora episcopal y aportar sus millones de granitos de arena al desgobierno del país, y así seguir manteniendo un concordato que, si no existiera, los pondría en su sitio (aclaro: dentro de las iglesias y fuera de las calles). Analizando la propuesta de procesión atea desde una perspectiva seria, debo reconocer que me parece una divertida estupidez. Salvo que se trate de provocar –en cuyo caso la apoyaría sin la menor duda, pues esta sociedad necesita ser sacudida y sacada de su alienación y su modorra intelectual–, abordar semejante tontería de forma seria es ponerse a la altura de los señores que se disfrazan con sotanas, se colocan sobre la cabeza mitras bordadas y llevan en su gordito dedo anular anillos de amatista para que los besen los fieles. ![]() ¡No y mil veces no! Los agnósticos y los ateos nos diferenciamos de los fanáticos (que no de los genuinos y respetables creyentes) en que nosotros no queremos adoctrinar, nosotros no hacemos proselitismo, nosotros no preguntamos a los demás en qué creen o dejan de creer, nosotros no intentamos “salvar” a nadie. Y por eso estamos en condiciones de exigir que los demás no lo hagan tampoco, sobre todo si es con ayuda de dinero del Estado, que es dinero de todos, aunque sólo parezca provenir del bolsillo quienes marcan la casilla de la iglesia católica en su declaración del IRPF (casilla que debería desaparecer), pues incluso ese dinero es de la caja común, o sea, de todos. Post Scriptum
Cuando ya estaba colgando mi post en el blog me llegan varias noticias al respecto, noticias que no puedo dejar de comentar. La Delegada del Gobierno en Madrid ha prohibido la procesión-manifestación basándose en el informe negativo del Ayuntamiento, que la consideraba una “provocación”. La delegada cuestiona además que el día elegido sea el Jueves Santos y que el lugar por el que se pretendía desarrollar la manifestación, las calles del barrio de Lavapiés, "curiosamente presenta nombres relacionados con la simbología católica". El jueves santo es un jueves más del año para quienes no son creyentes. Por otro lado, ¿qué recorrido podría realizarse en España sin pasar por alguna o algunas calles cuyos nombres no tengan una simbología católica? ¿Habrá que recurrir al enfadoso proceso de solicitar la eliminación de los nombres de calles con contenido religioso? La Delegación asegura en su comunicado que "grupos antagónicos y radicales" estaban "citándose" para acudir al acto. ¡Espléndido! En vez de proteger al posible amenazado, lo ideal es decirle que se quede en su casa, y que sea bueno y mantenga la boca callada. ¿Qué pasaría si grupos radicales anticatólicos amenazaran con acudir a boicotear las procesiones de los santos, los cirios y los cristos? ¿Se atrevería a prohibir las procesiones la Delegada del Gobierno? A Esperanza Aguirre le parece "muy acertada" la medida pues considera que no debe resultar "gratis" ofender a los católicos. Esta señora es descarada, graciosilla al estilo Lina Morgan (y que me perdona la exactriz), supuestamente castiza, indudablemente faltona, constantemente irrespetuosa e indecorosamente mentirosa y, además, carece del mínimo sentido común y de la mínima inteligencia necesarios para no andar haciendo continuamente el ridículo. ¿Desde cuándo ser ateo y manifestarse como tal supone una ofensa a los católicos? Los católicos (integristas) pueden ser un pestiño, en especial cuando ocupan nuestras calles con sus rezos y sus ritos; pero, desde luego, están lejos de ser el centro del mundo; como mucho, en España, son una especie de juanete. Para terminar, la Asociación de Abogados Cristianos y el colectivo Hazteoir.org también han interpuesto dos querellas criminales contra los convocantes ateos. Hazteoir.org acusa a los convocantes de un delito de "genocidio" y ha entregado hoy en la Delegación 100.423 firmas de ciudadanos "por la libertad religiosa". ¡Y además, genocidio! Este país está muy mal. España se está convirtiendo en una broma de muy mal gusto. Sigo pensando que la procesión, marcha o manifestación atea es una bobada. Pero en este momento, estaría dispuesto a defenderla contra viento y marea frente a tanto tartufo, tanto falsario y tanto imbécil meapilas. |
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