En todo grupo social –ya se trate de una familia, una peña de amigos o una comunidad de vecinos–, existe ese personaje que, en las reuniones, estamos deseando que mantenga la boca cerrada. Cuanto más cercana es la relación que nos une a esa persona torpe y metepatas, más intenso es nuestro deseo de que tenga un día discreto y hable poco, aunque es un deseo que no suele verse satisfecho, pues este tipo de persona, inconsciente de su escasez de recursos intelectuales y ajena a cualquier sentimiento de autocrítica o al desaliento, suele lanzar sus atrevidos comentarios en el momento más inoportuno, cuando se ha hecho un profundo silencio, lo que convierte su temida metedura de pata en motivo de general regocijo para los extraños y de vergüenza y escarnio para sus más allegados. En fin, estoy convencido de que ya sabéis de qué tipo de personaje estoy hablando. ![]() Como no podía ser de otro modo, el Partido Popular tiene el suyo propio. La verdad es que dentro del PP, y en especial dentro del gobierno que este partido gestiona y encabeza (dejo tiempo para una gran carcajada), hay más de un candidato a ocupar este puesto tan poco preclaro. Puedo ver las sonrisas que van aflorando en los rostros de quienes leen este post al ir imaginando nombres y rostros dignos de ocupar tan infame puesto en el pelotón de los torpes. Pero creo que estaréis de acuerdo conmigo en que quien mejor encaja para recibir el título de ilustre (aunque sin lustre) Representante de los Inoportunos, los Desafortunados y los Descerebrados (a partir de ahora, RIDD) es la nunca suficientemente vituperada ministra de Sanidad (gran carcajada general, por lo de “ministra”), Ana Mato. No sé por qué, a esta señora, pese a superar ampliamente la cuarentena, siempre la imagino con uniforme de las ursulinas o del “sagrado corazón” dispuesta a recibir el premio a la alumna más aplicada y piadosa del curso, premios que en ciertos colegios de monjas nada tenía que ver con el uso de la inteligencia. Hay algo en su rostro, en su sonrisa, en su peinado, en su forma de vestir, en sus modales de niña bien de Pozuelo (o de la calle Serrano, es un decir), que la hacen francamente difícil de digerir para un estómago intolerante al pijerío. Si a eso se le añade el hecho de que fuera miembro (miembra, según los modernos cánones de la corrección política) del clan de colaboradores de Aznar, el “clan de Valladolid”, y de que haya estado casada con Jesús Sepúlveda, uno de los implicados en el escándalo Gürtel, el “pastel Mato” se hace del todo intragable. ¿Os acordáis cuando, a preguntas de los periodistas sobre el Jaguar que el mafioso Correa había regalado a su exmarido, respondió, con esa displicencia que da haber sido de familia de derechas de toda la vida, aquello de: “Yo no me fijaba en esas pequeñeces de los coches, si Jesún tenía un Jaguar sería porque podía permitírselo”, como si tener un coche de más de 70.000 euros en el garaje fuese una nimiedad? Pero, vamos a aproximarnos a momentos más actuales y a dejar de lado, de momento, la promiscua familiaridad de la señora Mato con el choriceo ibérico. En las últimas semanas, ha protagonizado doña Ana (otra carcajada) algunos de los momentos más bochornosos de la vida pública en materia de gobierno. No puedo olvidar aquella abracadabrante rueda de prensa en esta flamante ministra del gobierno del ínclito Rajoy, pareció haber perdido la capacidad del habla y comenzó a balbucir incoherencia tras incoherencia hasta el punto de que hasta yo sentí vergüenza ajena, y en vez de disfrutar del pírrico triunfo de la autodestrucción de una ministra pepera, casi sentí piedad (bueno, esto último es una exageración, una forma de quedar como un buen chico, porque la verdad es que me reí hasta decir basta). Convencido estoy de que recordáis el momento al que me refiero pero, por si acaso, aquí va el enlace que os conducirá a una escena más propia del Club de la Comedia que a una rueda de prensa de un(a) ministro/a. http://www.elplural.com/2012/05/21/%C2%BFes-ana-mato-miembro-del-club-de-la-comedia-escuche-la-bochornosa-rueda-de-prensa-de-la-ministra-de-sanidad/ En todo caso, si no podéis o no queréis perder tiempo abriendo enlaces, o si vuestra religión os prohíbe disfrutar con la vergüenza ajena, os copio un pequeño extracto de aquella sublime intervención: Luego hemos quitado también una cartera que llamamos cartera común suplementaria que la adjunto si me lo permiten con la cartera accesoria. Ahí estarían pues las prestaciones farmacéuticas, las terope.. tripe… teroperapéuticas, ehh… me he equivocado en la, en el nombre, y poner en valor lo que tiene mucho en valor, porque no hay cosa que tenga más valor que una medicina que cura enfermedades. Hemos adoptado una medida que ya estaba adoptada. Lo más importante que por primera vez los parados sin prestación parlamentaria, que… perdón sin presta sin… sin pre… presta sin prestación sin prestación por desempleo, perdón. ![]() Si ya hemos perdonado a la ministra y hemos sido capaces de hacer abstracción del contenido (escasamente inteligible) de sus palabras, paso a recoger sus tres últimas y gloriosas declaraciones públicas. 1. “Mi departamento ha descubierto que 200.000 personas adquieren fraudulentamente medicinas gratis usando tarjetas falsas de pensionista”. Lo primero que demuestra esta desafortunada afirmación es que el conjunto del departamento bajo la dirección de la ministra está formado por incompetentes que deberían ser destituidos por su impericia y falta de control. Pero, ¿de dónde saca la señora Mato tan redonda cifra? ¡200.000 personas (número mágico) defraudando a la Seguridad Social! Para obtener una receta, yo debo presentar mi tarjeta sanitaria en donde consta si soy o no pensionista y, en consecuencia, el médico me da una receta de un color y unas características determinadas. Sin una receta de pensionista, nadie puede obtener medicinas gratis. ¿Cómo lo hacían estos malvados defraudadores? ¿Suplantando a un enfermo? ¿Falsificando recetas? ¿Sobornando al médico? ¿Dando una comisión a algún empleado de la Seguridad Social? No, lo que se me ocurre es que la señora Mato (me sorprende el respeto con que la trato) ha querido utilizar el habitual recurso que usan los malos gestores de convencer a los administrados de ser culpables de la mala gestión de los administradores. Es un antiguo truco: el violador convence a la mujer violada de que le estaba provocando; el marido maltratador hace que la esposa maltratada pierda su autoestima y se considere culpable de las bofetadas recibidas; los bancos que han actuado irresponsablemente dando créditos como si fueran churros afirman que los clientes fueron culpables por vivir y gastar por encima de sus posibilidades; el gobierno de Rajoy quiere convencernos de que estamos pagando por “nuestros” pecados como nación..., la lista sería interminable y podría sintetizarse de maravilla en el chiste de El Roto, en el que un millonario que pasa al lado de un pobre que pide limosna, exclama: “¡No hay derecho, esta exhibición de pobreza es intolerable!”. En resumen, a los españoles, que estamos “jodidos”, nos están acusando de estar “jodiendo”. ¡Qué más quisiéramos! ![]() 2. “Sería muy conveniente que la gente confiase más en las medicinas y los remedios naturales y usase menos productos farmacológicos”. ¡Prodigioso! La ministra de Sanidad confía más en los remedios caseros, en las recetas de la abuela y en los curanderos que en la medicina científica. Yo no sé qué es lo que Ana Mato quiere decir cuando habla de remedios naturales, pero, teniendo en cuenta que lo que propone no es para sí misma, sino para sus administrados y, sobre todo, para “gente con escasos recursos” (o sea, gente que aguanta muy bien la escasez y la pobreza), mucho me temo que está recomendando no ir al médico (para recortar gastos) y echar mano de cosas como las cataplasmas, los enemas de agua templada, el aceite de ricino, el agua de bicarbonato, las sanguijuelas, los emplastes y, en casos graves, el agua de melisa y la manzanilla. Esta mujer es todo un cerebro, y con medidas tan radicales de recorte del gasto, cualquier día se la lleva la señora Merkel para formar parte de su consejo financiero privado.Haz clic aquí para modificar. ![]() 3. “España ha vuelto a generar confianza en el mundo" “Nosotros (el PP) somos la garantía de mantener los servicios básicos” Estas dos auténticas perlas las soltó la ministra Mato sin que se le moviera una pestaña y sin que se le alterase el color intenso de rayos UVA que mantiene en invierno y en verano. El mundo ya puede respirar tranquilo, porque España (la del PP, claro) es fuente de tranquilidad, serenidad y confianza. Se va a acabar la crisis, se va a terminar la recesión, los mercados van a ser controlados, la prima de riesgo regresará a sus tasas más bajas, el empleo florecerá, nuestros hijos no tendrán que emigrar, los inmigrantes no dejarán de ser atendidos por la sanidad pública, la relación alumnos/profesor en la enseñanza pública volverá a ser ejemplar, las pensiones subirán, el salario mínimo interprofesional alcanzará el nivel del alemán, la justicia brillará con luz propia, los banqueros, empresarios y políticos corruptos irán todos a la cárcel… ¡Y todo ello gracias a la seriedad, honestidad, rectitud e inteligencia del gobierno español! ¡Gracias a Rajoy y a su equipo de ministros, en el que destaca Ana Mato por la elegancia de su oratoria, la originalidad de sus ideas y la profundidad y osadía de sus propuestas! Me temo que no vamos a ser la salvación de Europa… ¡como mucho, podemos llegar a ser el hazmerreír del mundo! Y, encima, a ese mundo le vamos a deber una montaña de pasta, que tendremos que pagar…, los de siempre. Solo me consuela pensar que, si Ana Mato ha llegado a ser ministra de Sanidad de España, yo no tengo que renunciar en modo alguno a llegar a ser un día Premio Nobel (lo de menos es la disciplina, bien sea Medicina, Física o Ciencias Sociales). Para saber de cualquiera de esas disciplinas lo suficiente como para hacer el ridículo en menor medida que Ana Mato como ministra no hace falta mucha preparación. Nota: En la traducción automática que ofrece Google de los temas buscados, me ha sorprendido la forma en que traducen el nombre de la ministra: ana mato (ana kill). ¡Haced la prueba! |
Archives
April 2022
|