EL BLOG DE MIGUEL VALIENTE
  • Enfoques y Opiniones
  • Idas y Venidas
  • Apreciaciones Críticas
  • Laboratorio literario

Enfoques y opiniones

de un homo civicus

Un chantaje por amor de dios

22/5/2012

Comentarios

 
     Siempre he detestado la caridad. Es un sentimiento cristiano mezquino, pues no consiste en otra cosa, sino en la autocomplacencia con que se regodea quien la ejerce, desde una posición de superioridad (generalmente económica) respecto de quien la recibe. Este, el receptor de la caridad, es mirado por la persona caritativa, con un mayor o menor grado de conmiseración despectiva y distante. Siempre he creído que la caridad era un mal sucedáneo de la justicia. Y, en ausencia de justicia, un repugnante sustituto del amor. 
Imagen
     En el catolicismo, la caridad ha ocupado un lugar preminente y ha sido una virtud muy alabada. Son numerosas las estampas piadosas de ancianos desvalidos, personas enfermas o niños abandonados, que son atendidos por un ser caritativo. La religión fomenta el sentimiento de la caridad (de la conmiseración), pero no dice nada sobre la necesidad de luchar por evitar que se produzcan las situaciones sociales que demandan acciones caritativas para su solución.

Imagen
     Recuerdo que, de niño, me contaron en más de una ocasión la historia de san Martin de Tours, quien, viajando sobre un brioso caballo blanco, encontró a un pobre que iba desnudo, y, quitándose la capa, la partió en dos para darle la mitad al mendigo. Y siempre que pensaba en la historia de este santo, venían invariablemente a mi mente dos consideraciones: por qué partió la capa en vez de dársela entera, pues con media capa no se abrigaba ni el donante ni el receptor de la limosna; por qué no lo subió a la grupa del caballo para llevarlo a un lugar donde pudiera recibir ayuda más útil que media capa.
      Con el paso de los años, la historia de san Martín (y de la caridad en general) siempre ha hecho surgir en mi mente dos consideraciones muy distintas de las provocadas por mi ingenuidad infantil: una, que la iglesia católica nunca se ha planteado lo injusto de una sociedad que permitía que hubiera dos personas en situaciones tan opuestas: una bien vestida y alimentada, montada a caballo, y la otra hambrienta y tiritando de frío; otra, que en las historias sobre gestos caritativos, el menesteroso, el pobre, el enfermo o el abandonado ocupaban invariablemente un segundo plano, carecían de rostro, de identidad, eran “olvidables, intercambiables y prescindibles”, mientras que el primer plano lo ocupaba siempre el que estaba en condiciones de ejercer la caridad y, por tanto, de ganar puntos para la eterna salvación. O sea, que a la iglesia siempre le ha importado un rábano la injusticia. Y que la pobreza, el sufrimiento, la miseria y la enfermedad han constituido una excusa perfecta para ganar el cielo a través de la caridad, pudiendo obviar así todo posible enfrentamiento con el poder terrenal, del que la iglesia ha participado gustosa en todo momento a lo largo de la historia.

Imagen
      Vienen a mi mente todos estos pensamientos a raíz del miserable y repugnante comentario de Rouco Varela, cuando insinuó que si se viera obligada a pagar “religiosamente” (curioso adverbio que todos usamos de forma absurda pues son las instituciones religiosas precisamente las únicas que no pagan) sus impuestos, en particular el IBI, la iglesia tendría que plantearse dejar de mantener sus pagos a Cáritas. Creo que no cabe, en una frase tan corta, un mayor grado de desfachatez, desvergüenza y cinismo. Voy a dejar de lado un hecho que algunos medios de comunicación (TVE y la Sexta) nos han ayudado a conocer: que, aunque son los obispos los que mangonean la gestión, lo que la iglesia aporta a Cáritas en dinero apenas supera el 1,5 por ciento del presupuesto de esta institución, o sea, alrededor de 4 millones de euros, mientras que los millones que deja de ingresar a las arcas públicas son muchos cientos. Me voy a centrar en las conclusiones a las que me hacen llegar las palabras del arzobispo de Madrid:

-       La caridad, pese a ser una de las tres virtudes teologales, es algo que la iglesia no da de forma gratuita, sino a cambio de prebendas, por lo que ya no es caridad, sino una transacción comercial.
-       Además, es una transacción ventajista, pues el que dice hacer caridad recibe por ello cientos de veces más de lo que da.
-       Rouco, que dice ser representante de Cristo en la Tierra, miente.
-       Rouco, que dice ser representante de Cristo en la Tierra, chantajea como un mafioso.
-       Rouco, que dice ser representante de Cristo en la Tierra, incumple sus obligaciones como ciudadano.
-       Rouco, que dice ser representante de Cristo en la Tierra, quiere engañar a su Dios, al ofrecerle como actos virtuosos lo que no son sino la administración interesada de dineros públicos.
-       Rouco, que dice ser representante de Cristo en la Tierra, ofende a su Dios, pues lo considera tan idiota como para caer en el engaño planteado en mi anterior conclusión.
-       Si mi última conclusión es falsa, significa que Rouco, que dice ser representante de Cristo en la Tierra, no cree en dios y, por consiguiente, es un perfecto cínico.

     A todas las conclusiones anteriores había llegado ya hace años, sin necesidad de que el señor Rouco Varela se enfrentara a un grupo de periodistas y soltara la barbaridad que soltó dando rienda suelta a su indignación por pensar que él (es decir, su iglesia) es igual y tiene las mismas obligaciones que los demás ciudadanos. Lo que ocurre es que, de vez en cuando, el señor Rouco, ese ínclito portavoz de la verdad divina, te lo pone a huevo.

Comentarios

    Subscribe to Newsletter

    Archives

    Octubre 2020
    Septiembre 2020
    Agosto 2020
    Julio 2020
    Junio 2020
    Diciembre 2019
    Noviembre 2019
    Octubre 2019
    Mayo 2019
    Abril 2019
    Febrero 2019
    Septiembre 2018
    Julio 2018
    Junio 2018
    Mayo 2018
    Abril 2018
    Febrero 2018
    Enero 2018
    Septiembre 2017
    Junio 2017
    Mayo 2017
    Abril 2017
    Marzo 2017
    Julio 2013
    Junio 2013
    Septiembre 2012
    Agosto 2012
    Julio 2012
    Junio 2012
    Mayo 2012
    Abril 2012
    Marzo 2012
    Febrero 2012
    Enero 2012
    Octubre 2011
    Septiembre 2011
    Agosto 2011
    Julio 2011
    Junio 2011
    Mayo 2011
    Abril 2011
    Marzo 2011
    Febrero 2011
    Enero 2011
    Diciembre 2010
    Septiembre 2010

  • Enfoques y Opiniones
  • Idas y Venidas
  • Apreciaciones Críticas
  • Laboratorio literario